Pulsómetro; una herramienta para nuestra salud

El pulsómetro es uno de los gadgets deportivos más extendidos entre los deportistas, que normalmente ya se acompañan con sistemas de navegación GPS. Miden, además de las pulsaciones, ritmos de entrenamiento, recorridos, altitud y un largo etcétera de datos. Esta información, en manos de profesionales, aporta datos muy interesantes sobre nuestros entrenamientos y, en manos del deportista popular, mucha motivación a la hora seguir entrenando.

Pero además de motivante un pulsómetro es también una herramienta para nuestra salud.

Entrenamiento por sensaciones o con pulsómetro

Muchos deportistas se plantean si conviene entrenar por sensaciones o entrenar midiéndonos las pulsaciones.

Podríamos decir que entrenar por sensaciones es salir a hacer deporte, dejarse llevar y en función de cómo nos vayamos sintiendo ir dosificando nuestras fueras.

Entrenar por pulsaciones significa planificar el entrenamiento y, según el tipo de entrenamiento que estemos haciendo, o en plena competición, mantenernos en la zona de entrenamiento previamente planificada.

¿Qué son las zonas de entrenamiento?

A la hora de planificar nuestra actividad deportiva deberemos tener en cuenta las zonas de entrenamiento que se podrían definir como la división de las áreas de trabajo según la intensidad de éste, las cuales están dadas por nuestra Frecuencia Cardiaca (FC). Las zonas de entrenamiento tienen directa correlación con nuestra FC, donde a mayor FC mayor será la zona de trabajo

Existe mucha literatura respecto a las zonas de entrenamiento, una de las más extendidas podría ser la siguiente:

¿Cómo calcular nuestras zonas de entrenamiento?

Hay una fórmula muy extendida (fórmula Karvonen) que nos dice lo siguiente: Si a 220 le restamos nuestra edad, obtenemos nuestras pulsaciones máximas. Si aplicamos a estas pulsaciones máximas los distintos % encontramos nuestras zonas de entrenamiento.

Ejemplo. Zonas de entrenamiento para un deportista de 48 años.

Esta tabla la tomaremos como orientativa ya que solo una prueba de esfuerzo nos dirá nuestras pulsaciones máximas y nuestras zonas de entrenamiento reales, razón por la que insistimos que una prueba de esfuerzo será una inversión más que recomendable para todo deportista, especialmente cuando preparamos objetivos concretos.

Ventajas de entrenar con pulsómetro

Una de las principales ventajas que vamos a obtener entrenando con pulsómetro es psicológica, ya que nos va a motivar a seguir entrenando. Vamos a ver cómo fruto del entrenamiento nuestra condición física no solo va a mejorar, es que lo vamos a poder medir.

Al margen del plano psicológico, un entrenamiento por pulsaciones nos va a ayudar a mantenernos en nuestras distintas zonas de entrenamiento, consiguiendo así un entrenamiento más saludable, nos ayuda a conocer nuestro cuerpo y adaptaremos nuestros entrenamientos a nuestra condición física y fase de temporada.

Tendremos datos objetivos sobre nuestro entrenamiento, cuando tengamos un entrenamiento personalizado a nuestros objetivos, tendremos una información objetiva para ajustarnos a él, realizando entrenamientos más saludables, nos ayudará a evitar lesiones, sobreesfuerzos, consiguiendo así llegar a nuestro estado de forma ideal en menor período de tiempo y sin esa sensación de cansancio fruto de un sobreentrenamiento.

Imagen: Pixabay – Yellowcat

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