La natación ha estado presente en la historia de la humanidad desde sus inicios. La búsqueda de alimento así como de seguridad (si se caía al agua) impulsaron a los seres humanos que vivían en zonas de costa, a buscar técnicas que les permitieran sobrevivir en este medio.
Prueba de ello es la llamada “cueva de los nadadores”, una cueva ubicada en la frontera entre Egipto y Libia, que contiene pinturas rupestres que se estima tienen 8.000 años de antigüedad. Estas pinturas representan escenas de seres humanos nadando.
Desarrollo de la natación
Si bien en el antiguo Egipto y Grecia la natación estuvo muy presente, el desarrollo de esta técnica como deporte se debe a la Gran Bretaña del siglo XIX donde se llevaron a cabo las primeras competiciones deportivas y surgió la primera organización de natación la “National Swimming Society” en 1839.
Las primeras olimpiadas de la era moderna, celebradas en Atenas en 1896, incluyeron la natación como una disciplina olímpica (en la antigua Grecia no se incluía la natación como modalidad olímpica). Originalmente disputadas en el mar o lagos artificiales, son en los juegos de Londres de 1908 cuando se celebraron por primera vez en una piscina y en la cita olímpica de París de 1924 cuando se establecieron las medidas de esta (50 metros) y la división en carriles.
Beneficios de la natación
Si bien la natación es una de las pruebas olímpicas más populares, su interés trasciende el ámbito meramente deportivo. Y es que su práctica habitual puede reportarnos beneficios a nivel de salud como:
Huesos y articulaciones: en este caso el agua juega a nuestro favor ya que la flotabilidad que nos aporta evita el impacto que otro tipo de deportes (running…etc) provocan en nuestros huesos y articulaciones. De esta manera nuestras articulaciones se desgastan menos.
Sistema respiratorio: para poder disfrutar de la natación el primer paso es aprender a respirar correctamente mientras se nada. Una vez logrado esto, y con la práctica continua, se aumenta la capacidad pulmonar (la natación es un ejercicio aeróbico).
Flexibilidad: para nadar se utilizan los músculos tanto del tren superior como del inferior. Nadar es un ejercicio muy completo que potencia la flexibilidad y fortalecimiento de los músculos (sobre todo los de la espalda). Además también potencia la coordinación.
Calorías: aunque no lo parezca nadando también se suda. Se calcula que en la natación podemos quemar de 500 a 600 calorías a la hora. Es por ello, junto con el hecho de que en el agua nuestro peso es un 10% de nuestro peso normal, que este deporte es muy indicado para personas que se plantean un plan de pérdida de peso.
Corazón: se calcula que la práctica de la natación mejora hasta un 10% el consumo de oxígeno y nuestro corazón es capaz de impulsar hasta un 18% más de sangre. Esto se traduce en una disminución de la frecuencia cardiaca y en un aumento de la resistencia cardiorrespiratoria.
Salud mental: el concentrarnos para controlar nuestra respiración hace que el cuerpo se relaje y disminuya el estrés produciendo estados de ánimo positivos.
Pequeños consejos para empezar
Si tras conocer sus beneficios te ha entrado el gusanillo y quieres empezar, te damos un par de apuntes.
– Empieza por nadar una longitud determinada (un largo, por ejemplo) y tómate 1 minuto de descanso para volver a realizar el ejercicio. Poco a poco irás cogiendo más práctica y fondo físico pudiendo aumentar la distancia y disminuyendo los períodos de descanso.
– Cuando hayas adquirido más fondo físico (después de algunas semanas) puedes fijarte un plan de calentamiento de 5 a 10 minutos seguido de unos 30 minutos de natación más intensa y finalizando con 5 minutos de natación relajada.
– Fíjate una rutina. Establece los días de la semana que vas a ir a nadar (puedes comenzar con 3 días a la semana e ir aumentando según veas si tu motivación y horario lo permiten).
En conclusión
La natación es uno de los ejercicios más completos que existe implicando a muchos y diferentes músculos de nuestro cuerpo. Pero además también mejora la coordinación motora, un aspecto muy interesante para las personas mayores.
La flotabilidad que nos aporta el agua (disminuyendo el peso de nuestro cuerpo) lo hace muy indicado para personas con movilidad reducida como embarazadas, personas con problemas de espalda, peso, artritis..etc.
La quema de calorías que se realiza hace que su práctica esté presente en cualquier plan de pérdida de peso.
Finalmente la natación contribuye de manera positiva a nivel cardiaco y de salud mental.
Imagen: Pexels – Jonathan Borba
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