Visalvit2023-04-13T14:15:43+02:00
“Mens sana in corpore sano”. Hoy más que nunca sabemos que el ejercicio físico es fundamental para nuestro bienestar psicológico y, sobre todo, para el funcionamiento cerebral. Practicar deporte con regularidad nos reporta tantos beneficios que es prácticamente obligatorio hacerle un espacio en nuestra agenda semanal.
¿Por qué el ejercicio físico nos hace sentir bien?
La práctica de ejercicio físico intenso provoca un aumento de endorfinas, unas sustancias que producimos de manera natural para aliviar el dolor, pero que también están vinculadas con la sensación de tranquilidad, euforia, felicidad y creatividad. Por eso, después de practicar deporte sueles sentir esa sensación de relajación y satisfacción.
Así mismo, el ejercicio relaja nuestros músculos y nos ayuda a respirar mejor, factores que nos permiten combatir el estrés y la ansiedad de manera más eficaz. De hecho, se ha descubierto que el ejercicio físico es un medio ideal para liberar el exceso de adrenalina, una sustancia que nuestro organismo genera ante situaciones de estrés y que puede acumularse llegando a provocar fatiga, problemas de memoria y de concentración así como comportamientos agresivos.
Por si fuera poco, numerosos estudios también nos indican que la práctica constante del deporte mejora nuestra autoestima. No importa si se trata de adolescentes o de adultos que se acercan a la tercera edad, hacer actividad física mejora la imagen que las personas tienen de sí, lo cual redunda en un mayor bienestar psicológico.
Cuando nos sentimos bien con nosotros mismos también mejoran nuestras relaciones interpersonales, somos más productivos y, a la larga, también somos más felices.
El ejercicio también influye en nuestra salud cerebral
Ya en el año 2006 estudios de la Universidad de Illinois concluyeron que practicar actividad física tiene un efecto neuroprotector; es decir, nos protege de desarrollar enfermedades neurodegenerativas, como las demencias, ya que salvaguarda nuestras funciones cognitivas.
Esto se debe, en primer lugar, a que la práctica regular de deporte mejora el flujo sanguíneo cerebral. De hecho, nuestro cerebro no tiene una gran capacidad para almacenar nutrientes por lo que necesita constantemente un aporte de oxígeno y glucosa, los cuales llegan a través del flujo sanguíneo que, además, se encarga de retirar los productos de desecho. Cuando el riego sanguíneo no funciona como debería, estamos expuestos a diferentes patologías cerebrales.
En segundo lugar, se ha apreciado que el ejercicio físico también es capaz de producir cambios a nivel cerebral, sobre todo en la sustancia gris que se encuentra en las zonas frontales del cerebro, justo las que se encargan del procesamiento de la información, la toma de decisiones y el control emocional, entre muchas otras funciones.
Esto se debe a que el deporte favorece el crecimiento de las neurotrofinas, unas proteínas que no solo protegen nuestras neuronas sino que también estimulan su crecimiento.
En conclusión
El ser humano está hecho para moverse y si de manera habitual nuestra rutina tiende a ser sedentaria (por el trabajo…etc) debemos buscar un hueco en nuestra agenda para el ejercicio físico.
La práctica de ejercicio físico provoca un aumento de endorfinas (a las que llaman las hormonas de la felicidad) que influyen en nuestro estado de ánimo.
También mejora el flujo sanguíneo cerebral, el crecimiento de neurotrofinas y nos ayuda a prevenir enfermedades neurodegenerativas.
¿Necesitas alguna razón más para empezar a moverte?
Imagen: Pexels – Tirachard
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