Es muy frecuente encontrar en la publicidad de productos relacionados con la cosmética el término “radicales libres”. De hecho, cuando oímos este término, lo solemos relacionar con cuidado de la piel y con los antioxidantes. ¿Tenemos claros ambos conceptos?
¿Qué son los radicales libres?
Los radicales libres son moléculas que se crean en nuestro organismo debido a ciertos procesos biológicos que se dan en el interior de nuestras células (respiración celular). Nuestro cuerpo transforma el oxígeno en un compuesto reactivo con propiedades oxidativas que es utilizado para la realización de ciertas funciones necesarias (eliminación de bacterias, regulación de la actividad de los órganos..etc).
Los radicales libres, por tanto, son un mecanismo creado por nuestro organismo para cumplir una serie de funciones. Las propiedades oxidativas de los radicales libres, que como hemos visto resultan muy útiles para ciertos procesos, son también un peligro, ya que alteran las membranas de las células y el ADN de las mismas. Aquí es donde entran en escena los antioxidantes.
¿Para qué sirven los antioxidantes?
Tras utilizar a los radicales libres para la realización de ciertas funciones, nuestro cuerpo se sirve de los antioxidantes para eliminarlos, puesto que una proliferación de radicales libres pueden provocar cambios dentro de las células que aceleran su envejecimiento y favorecer la muerte celular. Por lo tanto los antioxidantes son sustancias cuya finalidad es proteger a las células de la acción de los radicales libres.
Nuestro cuerpo fabrica antioxidantes para mantener el equilibrio antes mencionado pero también incorpora esta sustancia a través de la alimentación. Un aporte extra de antioxidantes a través de la alimentación puede resultar necesario sobre todo si tenemos un estilo de vida que puede propiciar su proliferación (consumo de tabaco, estrés o una excesiva exposición al sol) ya que puede darse el caso de que los antioxidantes no puedan neutralizar la totalidad de radicales libres producidos. Esto último es lo que se denomina “estrés oxidativo«.
Alimentos ricos en antioxidantes
Resulta por tanto interesante conocer cuáles son los alimentos que nos aportan más sustancias antioxidantes para tenerlos presentes en nuestra alimentación diaria y realizar cierta labor preventiva.
Tomate: el tomate contiene licopeno, una potente sustancia antioxidante. El licopeno es precisamente el que otorga el color rojo al tomate. Podemos ir incorporando el tomate como un ingrediente indispensable de nuestras ensaladas y beneficiarnos de sus propiedades.
Frutos rojos: arándanos, frambuesas, moras o cerezas, nos proporcionan un alto contenido en antioxidantes. Como en el caso del tomate son los pigmentos que les dan color los que contienen el antioxidante.
Brócoli: esta verdura aporta antioxidantes y gran cantidad de vitaminas (vitamina C, B1, B2, B3) y minerales. La principal dificultad es que hay que tener cuidado con el cocinado de este vegetal para evitar la pérdida de sus nutrientes. Lo más indicado es cocinarla al vapor.
Zanahorias: ricas en betacarotenos que nos ayudan a mantener la piel sana. Puedes probar a rallarlas en tiras finas y añadirlas a las ensaladas.
Chocolate negro: una buena noticia para los amantes del chocolate. El chocolate es rico en antioxidantes pero hay que tener en cuenta que no todos los chocolates valen (debe tener por lo menos un 80% de cacao en su composición).
Aceite de oliva virgen: el aceite de oliva virgen aporta vitamina E (importante para la visión, el cerebro y la piel) y que tiene una gran capacidad de reducción de los radicales libres.
En conclusión
Toma nota de los alimentos antes mencionados para que formen parte de tu dieta habitual, la mayoría son una delicia para el paladar y ayudan al organismo a mantener su equilibrio.
Hay situaciones (estrés prolongado por ritmos de vida) y hábitos (consumo de tabaco, excesiva exposición al sol) que pueden propiciar la proliferación de radicales libres. Para este tipo de situaciones tiene sentido complementar nuestra alimentación con un complemento alimenticio como la Vitamina C de Visalvit realizado a base de extractos de plantas y bioflavonoides cítricos.
Imagen: Pixabay – Sponchia
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