Los complementos alimenticios son productos que nos ayudan a complementar nuestra dieta. Diversas circunstancias (alimentación, estilos de vida, práctica deportiva…etc) pueden requerir un mayor aporte de ciertas vitaminas y minerales pero partiendo siempre de que es necesario realizar una dieta variada y equilibrada.
Complementos hay muchos, pero no todos son iguales. Hoy vamos a ver un tipo de complemento, la Vitamina C. Veremos que son, para qué sirven y sus tipos.
¿Qué es la vitamina C?
La vitamina C es una vitamina hidrosoluble (que se puede disolver en agua). La vitamina C se considera esencial ya que no puede ser sintetizada por el organismo y es necesario que la incorporemos por medio de nuestra alimentación.
Esta vitamina está muy extendida en la naturaleza, pero se encuentra principalmente en los alimentos de origen vegetal, en los que aparece de manera natural bajo dos formas químicas: ácido ascórbico y ácido dehidroascórbico.
¿Para qué sirve la Vitamina C?
Nuestro organismo utiliza mucho esta vitamina para diferentes funciones y procesos. Cabrían destacar los siguientes:
– Interviene en la fabricación del colágeno: esta sustancia, imprescindible para el buen funcionamiento de los huesos y músculos, precisa de la Vitamina C para su formación.
– Absorción del hierro: la Vitamina C interviene en la absorción del hierro, por parte de nuestro organismo, así como en su transporte.
– Antioxidante: nuestro organismo utiliza la Vitamina C para mantener a raya a los radicales libres.
– Sistema inmunitario: nuestras células de defensa son vulnerables al estrés oxidativo provocado por los radicales libres y su capacidad de respuesta frente a los microorganismos se puede ver mermada. La Vitamina C contribuye a que nuestras defensas no se vean afectadas por el estrés oxidativo y que puedan funcionar adecuadamente.
Tipos de Vitamina C
Como se ha comentado, no todos los complementos son iguales. A la hora de llevar a cabo su fabricación podemos encontrarnos con dos tipos de complementos:
– Complementos de origen natural: son aquellos que se extraen directamente de fuentes orgánicas.
– Complementos de origen sintético: se realizan por procedimientos de síntesis química o fermentación.
¿Cuál es la composición de la Vitamina C de Visalvit?
La Vitamina C de Visalvit procede de dos fuentes naturales: extracto de cereza acerola y extracto de escaramujo. Así mismo también incluye bioflavonoides del Citrus Aurantium (naranja amarga).
La cereza acerola y el escaramujo son de las mayores fuentes naturales de Vitamina C del reino vegetal.
La vitamina C que procede de estos extractos de combina con los bioflavonoides para facilitar la absorción de la Vitamina C y potenciar sus beneficios.
Los bioflavonoides son pigmentos de las plantas que dan el color a las frutas, los vegetales y las flores. En general, los flavonoides tienen función antioxidante y pueden ayudar a potenciar los beneficios de la vitamina C cuando se combinan, dado que en ocasiones aumentan la concentración de vitamina C.
Cantidades recomendadas
Aparte de la composición del complemento, hay que fijarse en la cantidad de vitamina que contiene.
La cantidad recomendada para adultos es de 80 mg al día. En circunstancias particulares se aconseja que este aporte sea mayor (120 mg/día) como en el caso del embarazo o lactancia.
Nuestro organismo es capaz de absorber unos 200 mg diarios de Vitamina C, a partir de esta cantidad nuestro cuerpo lo elimina.
Así mismo unas concentraciones demasiado elevadas de Vitamina C pueden causar diarrea, náuseas y cólicos estomacales. Se calcula que los límites máximos de Vitamina C en un adulto ascienden a 2.000 mg diarios.
En conclusión
Un complemento alimenticio, como su palabra indica sirve para complementar una dieta variada y equilibrada, no para sustituirla.
La Vitamina C es utilizada por nuestro cuerpo para diferentes funciones y debe ser incorporada a nuestro organismo por medio de la alimentación.
Podemos encontrarnos con complementos de origen natural o sintético.
Aparte del origen hay que tener en cuenta la cantidad de Vitamina C; existen unas cantidades recomendadas (en función de características personales), una cantidad máxima que nuestro cuerpo es capaz de absorber (y aprovechar) así como una cantidad máxima diaria que no debemos superar.
Imagen: Pexels – Pavel Danilyuk
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